Me gustan las noches de luna llena. Cuando era niña, me gustaba observar la luna. Pensaba que allí había vida.
Era un lugar muy mágico con seres diferentes a nosotros, tal vez superiores o mejores. Hoy que soy una persona adulta, pienso que éstos seres no están allí, que hay otro lugar, podríamos llamarlo un nivel superior, donde van aquellos que han sabido vivir ésta vida. Los que han sabido practicar el amor con sus seres queridos y con el prójimo. Las buenas personas, con buenas intenciones, con ganas de hacer las cosas bien, y transmitirlas del mismo modo.
Hoy sigo observando la luna, me sigue pareciendo bella y misteriosa, aún en mis viajes la sigo, es como una compañera de la vida.
