Para mal de las sombras,
anda despeinando soles.
A la fuerza y a saltos
destruye las tormentas
mirándolas fijo con sus rayos celestes.
y juega de golpe a la dulzura.
y de pronto se trepa a la ternura.
Así hasta encontrar la noche,
que es su amiga,
para abrazarse y recitar
un poema de peluche
Autor: Carlos Ferreira